Pequeños productores: los proveedores de alimentos para el futuro
Los pequeños productores abastecen al mundo de una cantidad increíble de alimentos; ayudarlos a aprovechar las prácticas agrícolas modernas nos ayuda a todos.
Garantizar la seguridad alimentaria de una población que aumenta de manera sostenida es una tarea ardua y compleja en la que intervienen actores de diversa índole. Entre ellos se destacan los pequeños productores agropecuarios, que en campos parcelas reducidas ayudan a generar alimentos (también fibras y combustibles) para un mundo que podría alcanzar los 10 mil millones de habitantes en 2050.
Según datos publicados por el Comité de Seguridad Alimentaria Mundial de la FAO, los campos de menos de una hectárea representan el 70% de las 600 millones de explotaciones agrícolas existentes en el mundo. Estos campos, además de ser centros de producción de alimentos, cumplen un importante rol social y económico, ya que contribuyen a crear empleos en zonas rurales y ayudan a reducir la pobreza en sus comunidades.
Como podemos ver, los pequeños productores son la regla más que la excepción, especialmente en países en desarrollo. Actualmente, hay más de 475 millones de campos de pequeños productores en todo el mundo, una cifra que explica su relevancia en el proceso de abastecimiento masivo de alimentos.
En América Latina y en el Caribe el 81,3% de las explotaciones rurales pertenecen a la agricultura familiar, en donde trabajan más de 60 millones de personas (la principal fuente de empleo agrícola y rural). En Uruguay las unidades agrícolas familiares representan el 46,9% sobre el total (el porcentaje más bajo de la región), mientras que en Argentina representan el 65,6%, en Chile el 92% y en Paraguay el 93,1%.
Al igual que el resto del mundo en desarrollo, los países de nuestra región dependen en gran medida de los pequeños agricultores para alcanzar los volúmenes de producción necesarios para alimentar a sus poblaciones. Estos productores -que suelen desempeñarse en entornos rurales apartados y desfavorecidos- muchas veces requieren asistencia y apoyo extra, como el que brinda Semillero de Futuro, el programa de responsabilidad social de Bayer que potencia proyectos innovadores centrados en la alimentación y nutrición de comunidades en la región.
Las herramientas que estos agricultores utilizan combinan prácticas antiguas y modernas. Si bien la tierra se ha labrado con arados, picos y palas durante generaciones, los tractores y los mecanismos de pulverización ahora expanden estos métodos tradicionales.
Sin embargo, sin el respaldo de las últimas tecnologías, las prácticas innovadoras y el desarrollo de las capacidades, la subsistencia de los pequeños productores y de quienes dependen de ellos seguirá siendo frágil.
Un gran desafío
Los pequeños productores están atrapados en un círculo vicioso: la falta de ingresos, educación y recursos se traducen en la explotación de sus campos a una fracción de su capacidad potencial. Esto significa que no pueden realizar las inversiones necesarias que ayudarían a aumentar su productividad, especialmente cuando a menudo deben elegir entre mantener a sus familias o invertir en el campo.
Y ante las exigencias en constante aumento de los consumidores, existe la presión no solo de producir más, sino de hacerlo manteniendo la calidad de los cultivos.
Para que los agricultores puedan alcanzar la productividad que los ayudará a invertir en el crecimiento futuro, es necesario que tengan un mejor acceso a:
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Entrenamiento (desarrollo de capacidades): La mayoría de los pequeños productores de países en desarrollo practican& su actividad como la han aprendido de padres y abuelos. Pero la agricultura ha avanzado. La capacitación en los últimos métodos de protección y manejo de cultivos, riego y fertilización del suelo les permite desarrollar campos más productivos. A su vez, estos agricultores pueden compartir esta información estratégica con otros de su comunidad local.
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Recursos: Los pequeños productores también necesitan acceso a recursos esenciales en los campos. Estos incluyen mejores semillas, soluciones de protección de cultivos y fertilizantes más eficaces, maquinaria agrícola moderna, sistemas de riego y un mejor almacenamiento de cosechas. Pero también implica tener acceso a recursos financieros, como líneas de crédito y seguros contra inundaciones y otras formas de pérdida de cultivos.
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Mercados: El campo más eficiente del mundo vale poco si quienes lo trabajan no tienen dónde vender su producción. Por este motivo, lo tercero que necesitan los agricultores es acceso a mercados físicos y digitales. Esto incluye acceso a precios transparentes y certificaciones, así como vías de colaboración con socios de la cadena alimentaria. Implica, además, la comprensión por parte de los productores de las exigencias de la cadena de valor en términos de la calidad y el uso correcto y seguro de los productos de protección de cultivos y los fertilizantes que compran.
Cooperar para encontrar una solución
No existe una única solución para todos estos desafíos, motivo por el cual muchos actores de los sectores público y privado del mundo están colaborando para responder mejor a las necesidades de los pequeños productores.
Por ejemplo, Better Life Farming, una alianza entre la Corporación Financiera Internacional, Netafim, Swiss Re Corporate Solutions y Bayer, les está dando a los agricultores acceso a las últimas prácticas y tecnologías agrícolas —desde la rotación y la protección de cultivos, hasta mejores sistemas de riego— así como a capacitación, financiación y seguros. Al aprovechar su conocimiento experto de la agroindustria, la alianza tiene como objetivo proporcionar seguridad financiera y fomentar el conocimiento agrícola, transformando la productividad de estos campos y las vidas de quienes los trabajan.
Otra iniciativa mundial similar es Food Chain Partnership (Colaboración con la Cadena Alimentaria), que ayuda a mejorar el acceso de los productores a los mercados. En este caso en particular, Bayer conecta a los agricultores con comerciantes, procesadores, minoristas de alimentos y ONG a nivel mundial. Esta iniciativa les ofrece capacitación para que puedan satisfacer mejor las demandas del mercado.
Bayer ha trabajado con pequeños productores para expandir la productividad de sus campos utilizando técnicas modernas, como las tecnologías de aplicación de protección de cultivos, el control de malezas, pestes y enfermedades, el cultivo en invernaderos y el mulching o acolchado (técnica que consiste en cubrir el suelo con una lona impermeable, lo que ayuda a retener la humedad y prevenir el crecimiento de malezas).
Agricultura hecha para el futuro
Iniciativas como la Food Chain Partnership, la alianza Better Life Farming y el Programa Mundial de Alimentos son esenciales para ayudar a los pequeños productores a ser más eficientes, competitivos y resilientes. Este tipo de proyectos ayudan a empoderar a los agricultores para que conviertan sus pequeños campos en negocios rentables.
Este impulso al crecimiento económico no solo llevará a una mejor subsistencia para estos agricultores y sus familias, sino también para sus comunidades y el mundo entero. Los campos más productivos producen más alimentos y de mejor calidad, generan más oportunidades de empleo y sientan las bases para que las comunidades rurales prosperen.
Semillero de Futuro, el programa de Bayer que beneficia a pequeños productores de Cono Sur
La desnutrición y la falta de acceso a alimentos de calidad siguen siendo grandes problemas en la región de Cono Sur. Ante este difícil escenario, nuestro programa de responsabilidad social Semillero de Futuro busca crear oportunidades de crecimiento para potenciar proyectos innovadores en alimentación y nutrición en Argentina, Bolivia, Chile, Paraguay y Uruguay.
En sus doce ediciones anteriores fueron beneficiados 343 proyectos de distintas organizaciones que buscaron formas innovadoras para mejorar la alimentación, la nutrición, la inclusión social, el desarrollo económico o la sustentabilidad en sus comunidades.
El Comité Evaluador de la edición 2020 - en la que se presentaron más de 100 instituciones - seleccionó 34 proyectos que serán beneficiados este año con el apoyo económico (entre US$ 8.000 y un máximo de US$ 16.000) del BayerFund. Entre ellos, contamos con varias iniciativas vinculadas con la producción de alimentos a pequeña escala, que corresponden a las fundaciones u organizaciones que buscan brindar asistencia a pequeños productores agropecuarios que trabajan en huertas o fincas comunitarias.
Para conocer más sobre los proyectos pueden entrar a semillerodefuturo.com