Calidad de vida

El importante rol de la agricultura en la alimentación saludable

Una familia de cuatro personas está comiendo en una mesa de madera en una cocina bien iluminada. Hay platos de comida frente a cada persona.

Del mundo agrícola provienen frutas, verduras, legumbres, cereales y otros productos esenciales que ayudan a mantener una nutrición sana, completa y equilibrada.  

En épocas en la cuales estamos más tiempo en nuestros hogares y sin la posibilidad de hacer tanto ejercicio físico es fundamental prestar especial atención a lo que comemos cada día. Para ello es bueno hacernos algunas preguntas. ¿Qué debemos comer para sentirnos bien? ¿Cómo podemos nutrirnos mejor? Y además: ¿de dónde provienen y cómo se producen los alimentos que necesitamos? ¿Qué rol cumple el campo en nuestra alimentación? 

 

Sin dudas, una mejor calidad de vida empieza por una nutrición saludable, ya que una dieta completa y rica en vitaminas no solo nos ayuda a protegernos de la malnutrición, sino que también es clave para prevenir enfermedades no transmisibles, como las cardiopatías, la diabetes, los accidentes cerebrovasculares y el cáncer. Las dietas descuidadas y la falta de actividad física, en cambio, son algunos de los principales factores de riesgo para la salud en todo el mundo.

 

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Recomendaciones de la OMS y el aporte de la agricultura

La Organización Mundial de la Salud explica que llevar una dieta equilibrada, variada y saludable depende de diferentes factores determinados por la edad, el sexo y los distintos hábitos personales, así como de la cantidad y la calidad del ejercicio físico que cada uno practique. Aclara, sin embargo, que los principios básicos de una alimentación saludable son similares en la mayoría de los casos.  

 

Las recomendaciones para adultos incluyen aportar a la dieta frutas, verduras, legumbres (lentejas, alubias), frutos secos y cereales integrales (por ejemplo, maíz, avena o trigo). La OMS aclara que deben consumirse al menos 400 gramos -es decir, cinco porciones- de frutas y hortalizas al día, sin contar entre ellas papas, batatas, mandiocas y otros tubérculos feculentos.

  

Para mejorar el consumo de frutas y verduras es recomendable incluir verduras en todas las comidas (como colación, por ejemplo, se pueden comer frutas frescas y verduras crudas), además de consumir una selección variada de frutas y verduras frescas de temporada. 

 

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Como vemos, estos productos, muy valiosos para que nuestro organismo se desarrolle y funcione de forma correcta, provienen de la tierra; son el resultado de una compleja cadena que empieza con buenas prácticas agrícolas y termina con la presentación de productos nutritivos en la mesa de los consumidores en todo el planeta. En un contexto de pandemia, como el que nos toca vivir, el rol de los productores adquiere un valor aún mayor, ya que son responsables de abastecernos con alimentos esenciales.  

 

La producción a gran escala de frutas, verduras, legumbres o cereales -productos que se encuentran en la base de la pirámide nutricional- es uno de los mayores desafíos del mundo moderno, tanto en países que tienen habitantes con problemas de desnutrición (en general, naciones poco desarrolladas) como en aquellos que sufren problemas de obesidad.  

 

Este último caso -que históricamente ocurría con mayor frecuencia en países desarrollados- hoy afecta a todo tipo de naciones: debido a estilos de vida acelerados y a nuevos hábitos culturales, cada vez se consumen más grasas, azúcares, sal y productos procesados, generando un aumento en los casos de obesidad, diabetes, enfermedades cardíacas y ciertos tipos de cáncer.  

 

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Campo y hambre cero

Del campo provienen los productos naturales que pueden corregir aquellas dietas poco equilibradas que conducen, por ejemplo, a la obesidad. Pero la actividad agropecuaria tiene, además, el inmenso desafío de ayudar a cubrir las necesidades alimentarias de una población mundial en constante crecimiento, que en muchos casos no tiene acceso a ciertos productos básicos (frutas, verduras y legumbres, entre otros). 

 

De hecho, el segundo de los diecisiete Objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas (ODS) se refiere a la necesidad de alcanzar el hambre cero para 2030, un esfuerzo que será posible si, entre otras cosas, el mundo agrícola logra conformar un sistema equilibrado y eficiente para producir alimentos de manera sostenible.  

 

Para garantizar la seguridad alimentaria en los próximos diez años es necesario que la agricultura continúe siendo una industria pujante, capaz de ayudar a cubrir en buena medida las necesidades nutricionales de comunidades de todo el mundo. Con el aporte de productos frescos y naturales, puede cumplirse el ambicioso objetivo de ofrecer a todos una alimentación completa, equilibrada y saludable.  

 

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Suelos saludables, alimentación saludable

La industria agrícola, responsable de la producción masiva de alimentos saludables recomendados por la OMS para mantener una dieta equilibrada, cuenta con un recurso natural vital: el suelo. Gracias a la agricultura, en esta rica capa terrestre -compuesta por minerales, agua, aire y materia orgánica- cobran vida cultivos de todo tipo que serán la base de una alimentación saludable para miles de millones de personas. 

 

El cuidado de los suelos es, por lo tanto, un deber de todos, ya que allí se produce cerca del 95% de la producción de alimentos de todo el mundo. Además, su cuidado y mantenimiento es especialmente importante teniendo en cuenta que solo el 11% de los suelos son considerados adecuados para la agricultura. 

 

Si existe un estrecho vínculo entre el agro y la alimentación saludable es gracias a los suelos fértiles de todo el planeta, que permiten cultivar aquellos alimentos que ayudan a tener una dieta completa y sana, como las frutas, hortalizas, semillas, granos y cereales.  

 

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Productos sanos del campo a la mesa

Cada vez que vamos al supermercado, a la tienda local o al mercado barrial no debemos olvidar que gran parte de los alimentos nutritivos que allí se venden provienen de la agricultura. De los miles de productos saludables que el campo tiene para ofrecer, elegimos tres alimentos para conocer más sobre sus propiedades y beneficios. 

 

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  • Es fuente de antioxidantes que combaten los radicales libres (moléculas inestables que causan envejecimiento celular). 

  • Rico en fibra e hidratos de carbono, es saciante y ayuda a controlar el apetito. 

  • Fuente de ácido fólico, es muy recomendable para las embarazadas y mujeres en etapa de lactancia. 

  • Contiene diversas vitaminas, es un aliado de diversas funciones cerebrales. 

  • La vitamina B1 que contiene el maíz reduce el riesgo de sufrir un ataque cardiovascular. 

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  • Las mandarinas funcionan muy bien como diuréticos, ayudando a reducir la retención de líquidos. 
  • Al contener fibra y vitamina C favorecen la actividad intestinal y potencian la sensación de saciedad. Son buenas aliadas para perder peso. 

  • El aporte de vitamina C que nos brindan las mandarinas aumenta las defensas y estimula el sistema inmunológico, lo que nos protege de gripes y resfríos. Esta vitamina ayuda a lucir una piel libre de imperfecciones. Los antioxidantes presentes en las mandarinas combaten los radicales libres y protegen nuestra piel. 

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  • El ajo es rico en vitamina B. Comerlo en ayunas permite combatir problemas como trombosis o enfermedades de las arterias coronarias. 

  • Es un excelente desintoxicante para nuestro organismo: ayuda a depurar toxinas, a eliminar parásitos y a liberar del cuerpo metales pesados como el mercurio o restos de medicamentos que el hígado no puede procesar.  

  • Proporciona vitaminas A, B y C, muy adecuadas para estimular las funciones hepáticas.  

  • Contiene alicina, una sustancia que cuida de nuestro sistema cardiovascular. Consumir cada día un diente ajo natural puede reducir el colesterol malo en un 9%. 

Ciencia para una vida mejor

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La innovación y el proceso de transformación digital que estamos liderando en Bayer nos permite potenciar nuestro conocimiento para que muchos de los desafíos de hoy se conviertan en los avances del futuro. Junto a los productores de la región, contribuimos para que cada vez más personas puedan tener acceso a alimentos de calidad. 

 

A través de iniciativas que promueven las buenas prácticas agrícolas ayudamos a los agricultores a que produzcan alimentos para una población que crece exponencialmente, haciendo un uso responsable de los recursos naturales y cuidando el medio ambiente. El mejor camino lo encontramos en nuestro propósito: “Ciencia para una vida mejor”.

 

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