Anticoncepción: ciencia e innovación para vivir en plenitud

Métodos modernos de larga duración, como el implante, el DIU de cobre y el SIU, se encuentran entre los más seguros y prácticos del mercado. A través de la información y la concientización, en Bayer buscamos derribar mitos y acompañar a la mujer en las diferentes etapas de su vida. 

Cada 26 de septiembre se celebra el Día Mundial de la Anticoncepción, una fecha que no sólo nos interpela sobre cuán informados estamos acerca de nuestra propia salud sexual, sino que también nos invita a conocer más sobre temas como la planificación familiar o el empoderamiento de la mujer en la sociedad moderna.

El rol y el lugar que la mujer ocupa en la actualidad forman parte de un largo proceso que tiene muchos momentos salientes en la historia. Uno de ellos tuvo lugar un siglo atrás, cuando Margaret Sanger -pionera en la defensa de la anticoncepción- afirmaba que todas las mujeres tenían el derecho de ser "las dueñas absolutas de sus cuerpos" y exigía que tuvieran acceso a sistemas anticonceptivos confiables.

Desde entonces, la ciencia ha desarrollado y mejorado diferentes métodos anticonceptivos, adaptados a las necesidades de diferentes mujeres en distintos momentos de sus vidas. Los anticonceptivos de larga duración -entre los que se encuentra el implante anticonceptivo, el DIU de cobre y el SIU- son uno de ellos y, cada año, más mujeres los utilizan en todo el mundo.

Según la Organización Mundial de la Salud, entre 2000 y 2020, el número de mujeres que utilizaron algún método anticonceptivo moderno pasó de 663 millones a 851 millones, y se prevé que esta cifra aumente en 70 millones de mujeres más para 2030.

“Los métodos anticonceptivos de larga duración ofrecen ventajas en la vida cotidiana de las mujeres, al otorgarles apego, seguridad y libertad tanto a mujeres adultas como a adolescentes que hayan o no tenidos hijos, sin necesidad de depender de una toma diaria -como las pastillas-, volviéndolos cómodos, seguros y eficientes desde el primer momento”, explica la Dra. Lorena Bozza (MN. 116.984), Vicepresidente de la Asociación Médica Argentina de Anticoncepción (AMAdA) y Ginecóloga de la sección de planificación familiar del Hospital Italiano.

Tanto el implante anticonceptivo, como el DIU de cobre y el SIU, tiene una duración de entre tres y diez años y son reversibles (pueden retirarse cuando la mujer lo desee y la fertilidad retorna rápidamente al suspender el método). Una ventaja adicional del SIU hormonal es que genera una reducción del sangrado menstrual y, en muchos casos, del dolor durante la menstruación.

En Argentina, existen dos tipos de SIU. Ambos poseen forma de T, pero se diferencian en su tamaño. Los dispositivos liberan una hormona que adelgaza la capa interna del útero y espesa la mucosidad en el cuello uterino, lo que hace difícil que los espermatozoides lo atraviesen. Se trata de métodos con un buen perfil de seguridad y eficacia, que pueden utilizarse a partir de que la mujer comienza a menstruar.

“Su colocación -cuenta la Dra. Bozza- debe realizarse en el consultorio médico. Una vez dentro del útero, libera la hormona llamada Levonorgestrel localmente. Su colocación puede hacerse en cualquier momento y no lleva más de 15 minutos, aunque se recomienda realizarla durante la menstruación, dado que además de asegurarnos de que la paciente no está embarazada, el cuello del útero está más permeable”.

Si bien en algunos casos la inserción puede ser molesta, en la gran mayoría de las mujeres el procedimiento se realiza en forma sencilla y sin dificultades. Una vez colocado, pueden surgir determinadas molestias durante las primeras 12 horas (cólicos, sangrado leve o dolores) para lo cual se recomienda el uso de algún analgésico, como el Ibuprofeno.

Actualmente, en casi todos los países del mundo -incluyendo la Argentina- gracias a su alta eficacia, su alto nivel de satisfacción y su continuidad de uso, los métodos anticonceptivos de larga duración son recomendados como la primera opción para las mujeres en edad reproductiva.